Los rostros en texto de mujeres con luz

Artículo de Mónica Gálvez, acompañante nacional de Derechos Humanos de PWS en Honduras.

Tegucigalpa, Honduras

Levanté el rostro hacia el cielo despejado y luego bajé la mirada, para encontrarme con el reflejo de las nubes sobre la superficie en calma del río. Este lugar tiene un aire mágico, todo lo que veo a mi alrededor está impregnado de cientos de historias, de infancia, de lucha, de amor por la tierra y sus recursos.

Sigo observando, escuchando y absorbiendo la energía del lugar, mientras me termino el café que me preparó Rebecca. Siempre hay tiempo para beber café cuando ella está presente, aunque algunos días sean más ajetreados que otros; siempre me recibe con una visita al río y una taza en mano.

***

Este año, he tenido el hermoso privilegio de conocer a defensoras, que me han dejado muchas reflexiones sobre el papel de las mujeres – no sólo dentro de las luchas sino también dentro de la gran complejidad de lo cotidiano – y me siento profundamente agradecida por ello. Estos textos cortos, los dejo como homenaje a cada una de las mujeres que me permitieron acompañar, preguntar, conversar y reír con ellas.

Las raíces en los ríos

Jimena se levanta por las mañanas a arreglar a su hija Antonia para la escuela. Se preocupa porque cumpla con sus deberes escolares y participa en las actividades de madres y padres siempre que puede. El tiempo para involucrarse de forma responsable en la vida académica de Antonia es algo que consumiría considerablemente el tiempo de cualquier madre; sin embargo, Jimena busca la forma de organizarse para estar presente en la vida de su hija mientras es una de las mujeres con gran liderazgo dentro de la lucha comunitaria para salvar su río.

Ella forma parte del grupo de mujeres del consejo indígena de su comunidad, trabaja en las actividades de este grupo, al mismo tiempo que lidia con la criminalización que viven su esposo y su hermano por defender sus territorios. A pesar de tener tanto trabajo encima, Jimena nos atiende en su casa y conversa con nosotras en algún tiempo libre que le quede mientras comemos, bebemos té o caminamos en el pueblo.

La esposa del hermano de Jimena, es Rocío. Una maestra comprometida con su profesión, que viaja de lunes a viernes a la aldea a la que imparte sus clases mientras también se encarga de ser líder, defensora, madre, hija y cuidadora de sus cercanos. Cuando la conocí, me recibió con una sonrisa tan amable, que fácilmente podrías quedarte impregnada de su entusiasmo gentil; sin embargo, Rocío carga con el peso de vivir a diario la pesadilla de que pueda pasarle algo a su esposo. Lleva años intentando mantener un equilibrio emocional en casa con sus hijos, quiénes han visto las vulneraciones de derechos que han sufrido sus padres por ser defensoras/defensores del río que les vio crecer.

Tanto Jimena como Rocío, forman parte del grupo de mujeres del consejo indígena de su comunidad. Este consejo está presidido por Rebecca, una mujer fuerte de convicciones a la que siempre le acompaña el aroma del café en sus platicas. La primera vez que conocí el río, fue con ella. Me abrió los ojos al paraíso de los recuerdos, las memorias y la historia detrás del agua en la que me sumergí. Nunca sentí frío estando con ella, porque siempre nos acompañaron su café y la calidez de sus palabras.

Estas tres mujeres son fuego y sol en la lucha, al mismo tiempo que hacen de agua y luna para sus hogares. Se transforman y reconstruyen todos los días para cumplir con sus roles comunitarios, sin dejar de lado la cotidianidad en la que trabajan, viven y respiran todos los días.

La playa y las montañas observan

La isla que antes estaba rodeada por el océano pacífico y que ahora es una península codiciada por empresarios, guarda entre sus árboles a defensoras que reivindican los derechos por sus tierras. Durante nuestras visitas a la radio comunitaria de la zona, Estela, quién resuelve la mayoría de los imprevistos que surgen en las actividades, nos recibió siempre en medio de risas y complicidad.

Ella hace malabares con los pocos recursos que tienen disponibles y es la única mujer que trabaja dentro de la radio. Jamás me cansé de admirar su energía; le presta atención a pequeños detalles que otros no y usualmente tiene una respuesta a cada pregunta que le hagan. Es la representación del papel que tiene las mujeres jóvenes en los espacios administrativos/sociales.

Y así como ella, están también otras defensoras. La mujer tolupan que lidera el consejo de su tribu en medio de montañas y bosques olvidados por el Estado, la mujer que alza la voz en contra de los proyectos extractivistas de empresarios que han asesinado a su comunidad por años, la mujer que sostiene sus luchas junto a otras mujeres; todas son la luz que opaca a las injusticias.

***

No olvidaré los rostros que acompañaron el camino que cree con PWS. El cielo en un día despejado con un ardiente sol, queda completamente oscuro y frío en comparación con el montón de energía brillante que tienen este grupo de mujeres increíbles. Este pequeñísimo homenaje es una forma de decirles: ¡Gracias!


Leyenda de foto: Voluntaria de PWS conversando con defensoras durante un acompañamiento en el sur de Honduras.

Nota de la autora: Los nombres de las defensoras, mencionadas en este artículo, fueron cambiados por ficticios para proteger su identidad.